jueves, 10 de septiembre de 2009

Como en casa 1.

Capítulo I. La sesión.
1.
Kinder Morrow estaba preocupado. No conseguía dar con la solución al problema del abastecimiento de agua y, por si fuera poco, cuatro de los huevos se habían puesto malos y estaban en la UCI. No quería ser agorero, pero desde que los trasladaron a la nave todo había empezado a ir mal y también él se sentía mal.
- Aquí mando yo - había tenido que decir dando un puñetazo en la mesa cuando Moly McKantry le había acusado de racionar el desayuno antes de tiempo.
- Será si me da la gana - respondió Moly, que era una mastodonte de 120 kilos.
- Moly - dijo Kinder blandiendo un dedo - No me obligues a confinarte.
- Oh, qué miedo - graznó Molymazodecarne fingiendo convulsiones.
- Bueno, ya está bien - terció Ronda SantGregor, la teniente buenorra de la nave - Ya tenemos suficientes problemas como para andar jugando a los retos, como si estuviéramos en el colegio. Por cierto, Moly, hay que reforzar las guardias y te toca ... ya.
Moly la miró con ojos extraviados frunciendo la boca sobre la mandíbula caballuna como si se fuera a abalanzar sobre ella y a triturarle los huesos con las apisonadoras que tenía por manos. Sin embargo, en el último instante, se contuvo, relajó todos sus músculos y, parodiando una sonrisa tímida, dijo:
- Claro, Ron, a tus ordenes. Como tú ordenes ... querida. Haré lo que tu digas.
- Más te vale, Mol, más te vale, ya lo sabes - dijo Ronda mientras Moly salía pesadamente del comedor.
- ¡Cómo la controlas! - apuntó admirativamente Sam.
- Moly es un pedazo de pan. Un poco grande, eso sí, pero pan al fin y al cabo- le contestó Ronda distraídamente - El caso es - comenzó dirigiéndose a Kinder - que todos estamos muy nerviosos con lo de los huevos y no nos vendría mal una sesión.
- ¡No, por favor, una sesión no! - gritó Marlow desde su silla.
- Sí, Mar, sí. Una sesión ... completa - masculló Ronda a Marlow mientras éste sollozaba amargamente - Hace tiempo que no tenemos una.
- En la última murió Fran - gemió Marlow.
- ¡Bah, paparruchas! - respondió la teniente Ronda abanicándose con la mano - Fran era un blandito. Además, Neura lo recomienda en el artículo 1245 de la Guía Galáctica.
- Pero Ron, las sesiones son muy peligrosas, ya lo sabes - valoró Kinder.
- No te preocupes, Kin, me ocuparé personalmente y esta vez no habrá fallos. Nos vendrá bien a todos. Ya lo verás - concluyó Ronda, al tiempo que todos se levantaban y salían.
Una fosforescencia verdosa procedente de los cereales del desayuno se quedó flotando un instante sobre la mesa blanca del comedor.
Kinder se conectó a Neura desde su cabina y buscó, afanoso, el horóscopo.
c) Rut Lazparri.

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