domingo, 7 de junio de 2009

La mascota.

Si te digo que soy una niña tonta y te cuento tonterías, tú te tranquilizas. Una tonta más. Pero si te cuento alguna de los millones de situaciones atroces que ocurren en este mundo nuestro cerca de nosotros todos los días, tú te revolverías inquieto, incómodo y molesto. Porque la lucidez es un don muy desagradable que nadie quiere tener, ni ver, ni escuchar, ni conocer, ni saber que existe.
No os preocupéis. No voy a amargaros el día ... de momento.
Sólo quiero contaros una historia tonta que me pasó hace poco en Madrid en casa de un amigo. Imaginaos Madrid en un otoño lluvioso y desapacible en una casa antigua de una calle del barrio de Ópera. Un portal oscuro y en obras, una tarde fría. Ah, el ascensor no funciona, claro. Y la luz de la escalera, tampoco. De modo que tengo que subir con mucho cuidado porque, además hay algunos peldaños sueltos y otros que crujen sospechosamente. Me armo de valor e inicio la escalada con el mejor ánimo posible. Me paro en un rellano a tomar fuerzas. Por la alta claraboya del techo se oyen las gotas de lluvia caer y hasta se cuelan algunas formando charcos en la entrada. La humedad cala hasta los huesos y el conjunto resulta tenebroso. De pronto, entre un montón de arena dejada por los obreros, oigo un ruido de patas que me asusta. Oh, mon Dieu: cela qu'est-ce qui est?!
Pero no, no, ahora que caigo, "eso" va a ser Topito, el conejo francés de mi amigo que se le escapa cuando menos se mira. Topito, Topito, ven bonito, ven conmigo. No debes escaparte por aquí, es muy peligroso porque te pueden cazar y comer. Hay perros, hay gatos y puede haber ... hasta ... Ven bonito, ven, que te vas a caer. Y yo también, uff, ¡cómo está esto! Ven, hombre, no seas pesado. Ah, estás aquí, ven, bonito, ven conmigo, no seas tonto.

-Hola, Miguel, soy yo, Rut. Hola, ¿cómo estás? Te traigo a Topito, que se te había escapado y andaba enredando en la escalera, con lo peligrosa que está. Me ha costado mucho cogerlo porque no se dejaba, no creas. Me parece que incluso me ha mordido un poco. Pero bueno, sabiendo que es él, no pasa nada. Toma, mira qué suave es, me encanta.
-Pero ¿qué me dices de que traes tú a Topito en brazos, Rut?, si Topito está ahí, jugando con su pelota, ¿no le ves?
-Entonces ... ¡¿qué es lo que traigo yo aquí?! ¡¡Aagghh!!

© Rut Lazparri.

No hay comentarios:

Publicar un comentario